Ante equipos como Sport Ancash, así sea en Caraz (2267 metros sobre el nivel del mar), el once de Cristal está concebido para atacar, no para defender. Por eso se explica la goleada. Los rimenses se impusieron porque tienen mayor calidad y porque venían rebosantes de autoestima. Hasta el vilipendiado Flavio Maestri salió ganando. El Tanque colocó la cereza sobre el pastel en la goleada (5-0). Es cierto, quizás por el momento a Maestri no le alcance para reconciliarse con la hinchada celeste (no le perdonan su pasado aliancista), pero si continúa anotando goles, no es una falacia afirmar que en breve podría volver a ganarse el respeto de propios y extraños. El compromiso, en resumen, fue un monólogo a lo largo de los noventa minutos de juego. Cristal manejó a su antagonista como una marioneta. Es evidente que si al equipo celeste se le muerde en el centro del campo, es posible descubrir más adelante sus lagunas defensivas. Si por el contrario, se le entrega esa zona, sólo se descubren sus atributos ofensivos. Por eso Sport Ancash (le metieron 10 goles en dos partidos) sufrió un marcador de escándalo. A los 29 de la etapa inicial, el uruguayo Junior Aliberti aprovechó un servicio con precisión de matemático del Chorri Roberto Palacios y con un remate de zurda venció la resistencia del joven golero Eder Hermoza. Ancash reaccionó? No. Y fue, en gran medida, porque jugó en inferioridad numérica (se fue expulsado sobre los 16 Giancarlos Wally Gómez). En esas circunstancias, Cristal siguió sumando goles. Héctor Hurtado anotó dos goles en tres minutos (27 y 29), Carlos Lobatón aumentó a los 35 y Flavio Maestri selló la cuenta a los 40. Sporting Cristal salió airoso en su segunda salida a provincia. Sin mostrar fisuras en sus líneas. Juan Carlos Oblitas respira optimismo. Y sus jugadores también. En especial el vilipendiado Flavio Maestri, quien va camino a reconciliarse con los hinchas celestes. Ayer, por lo pronto, le llegó su revancha en el momento menos esperado.