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Ante el crítico presente de Atlético Torino, esta frase tiene más asidero que nunca: cuando el barco se hunde, las ratas son las primeras en huir. Después de haber señalado a miembros de su plantel como partícipes de un intento de soborno por parte de Sport Huancayo, el presidente del Taladro, José Vitorena, abandonó a su equipo y regresó a Talara. Al no tener argumentos para sostener la denuncia, y ante la presión de su plantel y de los dirigentes de Sport Huancayo, quienes exigieron que presente medios probatorios, Vitorena decidió huir tras anunciar que no continuaría más en el cargo. Entre gallos y medianoche, el presidente del club talareño abandonó Lima cerca de las 3 de la madrugada. De todos modos, Vitorena deberá enfrentar una denuncia por difamación que el volante Israel Tordoya, sindicado como uno de los nexos para el soborno, presentó ayer. No tiene ninguna prueba para acusarme. Lo que sucede que es un incapaz, un mediocre que quiere ocultar su incapacidad con esta acusación, sostuvo el futbolista. Otro que fue alcanzado por el escándalo del soborno, el director técnico Jorge Zúñiga, no pudo ocultar su malestar: Yo sé por dónde viene la cosa, me quiere botar, y está bien, que lo haga si quiere, pero que primero me pague mi plata. Es un borracho y un incapaz que pretende embarrarnos, pero no lo logrará. Si se fue es porque es un cobarde. Sin embargo, en horas de incertidumbre para el Taladro apareció un destello de esperanza antes de afrontar el choque decidido ante CNI por la Copa Perú. Cuatro funcionarios de Petroperú se hicieron presente en la práctica de ayer y entregaron mil 600 soles para incentivar al equipo.
