Hace 29 años Alianza Lima tenía un arquero. Un señor arquero. Y no es que la ausencia y el tiempo sean pretexto para fabular; quienes vieron tapar a ‘Caíco’ José Gonzales Ganoza coinciden en que llegado a la madurez profesional, era un guardavallas confiable y con él los ‘grones’ se iban al campeonato de 1987.
Hoy se lo recuerda en toda su dimensión bajo los tres palos de Alianza Lima, pero poco se conoce de sus inicios en el fútbol, cuando llegó a La Victoria con 13 años diciendo que era delantero y goleador. Por el tamaño impresionante, muchos dieron por sentado que podría ser el sucesor de ‘Perico’ León. Él mismo se ilusionaba para sus adentros.
Sin embargo, después de verlo un tiempo, el ‘Cholo’ Castillo paró una práctica y le dijo que vaya al arco, que esa era su nueva posición. Es posible que se haya debido a una necesidad en los juveniles o también fruto del gusto futbolístico del legendario ‘Cholo’, conocido por su lema “los que tocan, tocan y son de Alianza Lima; y los que rechazan, rechazan y que se vayan para la ‘U’”. Entonces ,‘Caíco’ tuvo que fallarle a la dinastía familiar y a sus tíos Carlos y ‘Huaqui’ Gómez Sánchez, quienes veían en él a un potencial goleador.
“Era un niño grande”, recuerda su promoción Jaime Duarte, quien cierta tarde fue a comer mazamorra a la casa de los Gonzales en Chorrillos y observó que todos eran de estatura baja y usaban lentes -incluso su hermano Carlos ‘Trompito’ Gonzales, que jugaba en el Juan Aurich-.
“¿Tú también, no serás ciego?”, le decía para molestarlo Duarte y ‘Caíco’ negaba dicha condición.
A propósito, ‘Caíco’ es un apelativo que nace en el seno familiar para José porque no le podía decir ‘Carlitos’ a su hermano ‘Trompito’. “Todo era risas con él, siempre fue muy humilde y veía a mi hijo Paolo como un hijo”, recuerda doña Petronila Gonzales y deja notar todavía una herida que no cerró jamás por la pérdida de su hermano. “Cuando nos reunimos los hermanos, siempre lo tenemos presente, es como si estuviera todavía con nosotros y recordamos sus ocurrencias”, agrega.
‘Caíco’ fue quien llevó a Paolo Guerrero por primera vez al estadio de Matute y de esa tarde hay una foto conmovedora que se viralizó en los últimos años, pero que es uno de los principales tesoros en la casa de Doña Peta. Dice que el arquero fue quien le regaló su primer uniforme blanquiazul y que a partir de ese día el chiquitín no se lo quería quitar. Era como el hijo hombre que no tuvo porque sí fue padre de dos mujeres: Ingrid y Katiuska.
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— Diario El Bocón (@elbocononline) 8 de diciembre de 2016
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