El primer torneo del año llega a su fin con Universitario de Deportes como el mejor equipo y por mucho. Si bien su ubicación en la tabla basta para afirmar eso, su propuesta de juego, su regularidad y el espíritu que el equipo demuestra tener han hecho que se consolide como el plantel de esta primer tramo del campeonato nacional. Claro que los problemas fuera del campo, aquellos que empiezan a evidenciarse recién por estos días, han hecho trastabillar el concepto inicial y podrían afectar en la interna de un equipo que cuenta con los elementos necesarios para completar una campaña exitosa.
Resta apreciar si esta repentina tempestad burocrática no termina echando por tierra lo que vienen logrando Roberto Chale y su grupo, pues debe tenerse en cuenta que ganar el Torneo Apertura no es más que un aliciente y la cuasi garantía de una presencia en Copa Sudamericana, mas no la seguridad de pelear por el título nacional.
Para Alianza Lima, el Torneo Apertura deja más dudas que certezas. Buena parte del torneo, Roberto Mosquera explicó los resultados adversos esgrimiendo el hecho de que se trataba de un equipo que no se conocía al máximo, y que no tenía la costumbre de trabajar al ritmo que él impuso. Lo cierto es que el tiempo pasó y, a pesar del nada desdeñable lugar con el que terminan el certamen, el equipo victoriano sigue sin transmitir una cohesión, continúa sin ofrecer una versión definitiva que permitía prever su suerte. Es oportuno resaltar que la lesión de Johnnier Montaño fue determinante. En sus últimas declaraciones, el DT ha dicho que ya está cerca de lo que busca y que esto le da para ilusionarse. Solo el tiempo le podrá dar sentido a su afirmación.
El caso de Cristal es peculiar. Tras el fracaso en la Libertadores, el equipo de Soso se ha revelado como lo que es: un equipo con lo necesario para lograr el título nacional. No cabe duda que, enfocado en el campeonato de casa, Cristal será, más que candidato, uno de los favoritos para completar la faena.
Pero la conclusión más clara y relevante al final de este Apertura es que, año tras año, quienes organizan el campeonato parecen buscar complicar más las cosas. Se crean dos torneos (Apertura y Clausura), cuya obtención no garantiza nada. En el tramo final se jugarán liguillas y recién entonces se conocerá a los finalistas. El puntaje acumulado juega un papel protagónico en esa dirección. Queda en evidencia que la simplificación no es virtud de quienes manejan nuestro alicaído fútbol, pero, a pesar de esa afición desmedida por el caos, la pelota sigue rodando y que así sea por siempre.
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