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Vamos a ser matemáticos, porque es la lectura más efectiva para descifrar las frases hechas pospartido. Alianza Lima sumó ayer por la tarde su sexta derrota en Matute durante este 2016. Tremendo esfuerzo colectivo entre comando técnico, administrador temporal y jugadores para romper la cifra récord del 2015, en que parecía imposible superar las cinco vergonzosas caídas en casa.
Y es que si lo de Sanguinetti era impecable en cuanto a niveles trágicos en Alianza Lima, luego de un 2014 en el que solo se perdió una sola vez en Matute, ya si lo vemos ahora es posible entender que el recinto victoriano ha dejado de ser una ‘Caldera’ o cualquier cosa parecida que pueda inspirar respeto a la visita. Si seguimos dándole cuerda a la estadística, el 2013 Alianza Lima perdió cuatro partidos de local. El 2012 también cayó cuatro veces. El único detalle es que, por entonces, las derrotas valían más porque eran por torneos internacionales. Eso de valía más, obviamente, es un consuelo de tontos.
El récord en Alianza Lima todavía sigue siendo del 2008, cuando Alianza Lima estuvo al borde del descenso y sumó un total de 12 derrotas en casa, cortesía de Miguel Ángel Arrué, Richard Páez y José Soto. Haciendo cuentas, esta es la peor versión de Alianza Lima en condición de local en los últimos ocho años. Y si quieren más números, en diciembre, el cuadro victoriano cumplirá una década desde la última vez que logró ser campeón nacional.
Hoy, Jayo es un accidente de las circunstancias. Sin responsabilidades ni argumentos y cuyo trabajo contempla solo el darle una buena muerte al muerto. Restan 15 puntos para Alianza estando a nueve del cuarto lugar. Hay demasiado de épica y de milagro en eso para creer que pueda lograrse el objetivo. Peor aún, no hay confianza. No es accidental como el 4-0 de la ‘U’ en Huancayo, lo de Alianza es consecuencia de un cúmulo de errores en el que muchos ganaron, menos Alianza Lima.
