Tampoco es para tomarlo tan a la tremenda. Vinimos por poco y nos llevamos mucho. Solo falta un escalón, para arriba o para abajo. En el peor de los casos nos ubicaremos cuartos de doce o si no nos despediremos como debe ser y llevarnos un tercer puesto, meritorio y alentador. Perder duele, cómo no. Más aún si ya teníamos la miel en los labios. Porque somos así, y no vamos a cambiar. Rezamos para no perder y cuando ganamos ya queremos llevarnos la Copa. Ha muerto una ilusión, es verdad. Pero también ha nacido una esperanza. Ya no regresamos de un torneo con la frente marchita. Ahora nos iremos con la cabeza erguida. Tenemos un entrenador serio, estudioso y dedicado. Y debemos confiar en él, aunque a veces no sea omnipotente y se equivoque. Ayudémoslo a hacer un trabajo eficiente y no pongamos piedras en el camino y que esto no signifique incondicionalidad. La noche contra Uruguay quizá no estuvo tan acertado como en otros partidos que los ganó él...Y eso es irrefutable. A Uruguay había que jugarle a la peruana y no a la uruguaya. Salimos a proponer lo mismo que ellos y se fueron de alivio. Los partidos históricos con los celestes señalan que las veces que se les ganó fue porque les tocamos pelota en el medio. Usted preguntará: Pero quiénes tocan?. Hay tocadores, pocos pero los hay. No pretendo ser general después de la batalla, pero me hubiese gustado, y lo digo con todo respeto, ver juntos en el medio a Cruzado, Lobatón y Guevara. Markarián apeló al libreto Advíncula como carrilero por derecha y Yotún por izquierda y cuando se dio cuenta que el lateral izquierdo de Cristal sufría con la marca asfixiante se decidió por Chiroque. Pero ya iba 1-0 y costaba revertir. Cuando apeló a Lobatón nos metieron el segundo. Con Lobatón y Cruzado tocando los celestes se desesperaron y terminamos derrotados, pero haciéndolos sufrir. El sábado le decimos Adiós a esta Copa que siempre la recordaremos. Vinimos de punto y nos vamos de banca. La eliminatoria está cerca. Y como dice el titular de esta columna: Muere una ilusión, nace una esperanza.