Por estos días en los que se lleva a cabo una campaña en contra del racismo en el fútbol, me parece oportuno abordar el tema con algunas anécdotas que demuestran que esa mala práctica muchas veces viene de quienes menos pensamos.
Pocos saben que cuando tenía 13 años, el Negro Enrique Castrillón me llevó a Alianza Lima para que me probaran. El técnico era el Cholo Castillo y no me querían dar chompa. "Por que no eres negro", me decían, así de simple. Pero resulta que el 9 del equipo no llegaba y me dieron esa camiseta. En el primer tiempo metí tres goles y cuando el 9 llegó, el Cholo preguntó "¡Quién lo trajo a Chale?!" y Kike le respondió que él. Entonces el Cholo le dijo "Ya, tú sales porque Chale está jugando bien". El Negro se fue llorando y en venganza me dejó solo en la cancha de Alianza, me tuve que regresar solo, cagándome de miedo.
Tiempo después, a finales de 1963, el propio Castillo nos excluye a mí y al legendario Cachito Ramírez de las selección peruana juvenil, prefiriendo llevar a una base de jugdores morenos, la mayoría de Alianza Lima. Cinco años después, Ramírez se convertía en el verdugo de la Bombonera y Roberto Chale en el Niño Terrible. De la selección de Castillo nadie destacó.
El 1968, Didí armaba su selección y el tridente aliancista conformado por Perico León, Pitín Zegarra y el Loco Rostaing era fija. Los tres jugaban la pelota con efecto. Un día, Didí decide probarme en lugar de Pitín y los otros dos empiezan a jugarme sucio, me daban la pelota mal, con efecto, entonces la agarré con las manos y les dije: "A mí me la dan bien, con la parte interna". La cosa no cambió, se burlaron de mí. La conclusión es que Zegarra no tenía reemplazo.
Marcos Calderón, tío de Julio Meléndez, se enteró que su sobrino se había casado en secreto con Rina, su mujer. El técnico no le perdonó el secreto pero menos que haya elegido a una blanca como mujer. Calderón, molesto, lo exigió más de la cuenta en los entrenamientos de Sport Boys. "Te gustan las blanquitas, no?", le decía. Lo hizo perder tanto peso que se le cayó el aro de matrimonio. Años después, Meléndez campeonaría con Boca Juniors, siendo figura. ¡Ah!... Y Marcos Calderón, poco después, demostró su debilidad por la piel blanca cuando se caso con una dama chilena de tez blanca. El racismo tiene otras tonalidades en el fútbol.