Alianza hizo la pretemporada en Europa y agarró calatos a todos. Empezó el campeonato con el Torneo del Inca, que lo jugó muy mal. A los hinchas no les gustaba el estilo de Sanguinetti de tirar centros; eran verticales. A pesar de eso salieron primeros y en una cosa que hasta ahora no entiendo, no se le puede llamar campeón, sino ganador. Al final, esto le sirvió para jugar el 2015 la Copa Libertadores, donde enfrentará a Huracán, que subió de la Primera B. Alianza es Alianza y debe llenar sus arcas. El 2015 debe salir campeón para superar lo hecho este 2014 que se va.
En este Torneo del Inca, que le ganó en penales a San Martín, Alianza Lima le quitó cuatro puntos a Sporting Cristal, con el que empató el primer partido y le ganó el segundo.
En el Apertura, Alianza no dio pie en bola, jugó muy mal. Hizo una pésima campaña y quedó en el puesto once, lo que causó gran preocupación en la hinchada, que incluso bajaba al camerín para apretar a los jugadores. La cosa no caminó y causó gran preocupación en los dirigentes anteriores, que querían darle el golpe a la tía Susana Cuba, y la obligaron a contratar los servicios de Christian Cueva para el Clausura.
En el Clausura tuvo una gran recuperación. Guillermo Sanguinetti por fin encontró el once y puso al mejor Landauri, al mejor Cueva, al mejor Costa que anotaba goles siempre, con una buena mediacancha con el uruguayo Pablo Míguez, la aparición del back centro Araujo y entonces armó un equipazo.
Sin embargo, en la interna blanquiazul había mucha separación, mucha intimidad entre los chicos trujillanos Víctor Cedrón y Christian Cueva contra el grupo de los morenos. Se mascaban, pero no se pasaban. Esto lo aprovecha Cristal y le gana el torneo en un partido extra, con lo cual lo eliminó de la lucha por el título nacional, causando tremenda desazón en su hinchada, que solo podrá borrarla con los partidos de la Copa Libertadores.