Deseos de Año Nuevo

Como todos los años en nuestro fútbol, el inicio está lleno de buenos deseos, esperanzas e ilusiones, que se asumen con entusiasmo y fe antes que reflexionar sobre la cruda realidad. Igual, hay de todo en estos tiempos, principalmente un carrusel de nombres y promesas.

DEMAGOGIA. “Lo digo públicamente y no tengo ningún temor de hacerlo, siento que estoy volviendo a mi casa”, dijo José Del Solar en su presentación como nuevo técnico de Cristal. Palabras más, palabras menos, lo mismo dijo cuando regresó a entrenar a Universitario en 2014.

MARKETING. Luego de integrar el “once ideal de los gordos”, según el conocido portal Goal.com, Juan Vargas vuelve a la ‘U’ cubierto de humo de incienso. Lo hace justo cuando sus pergaminos futbolísticos ya son de color sepia y cuando hace tiempo que le dio vacaciones al héroe aquel del extraordinario despliegue de voluntad, que Daniel Peredo bautizó como los ‘huevos de Vargas’. Ya sabemos que un club más que un buen equipo necesita muchísimo más una estrella que ayude a vender entradas y un producto de marketing que genere réditos, pero no olvidarse de lo más esencial, que es ganar campeonatos.

TAREA. Con la calidad de Alberto Rodríguez, el pundonor de Vargas y el golpe mortal de Tejada, Universitario parece ser el club que mejor se reforzó. En teoría, estará a la altura de su prestigio, con un ataque más directo y sin tanta elaboración. Sin embargo, esto no es fácil. Roberto Chale tendrá la dura tarea que las grandes individualidades sean parte de un equipo, porque de lo contrario se licuarán en la cancha.

RETO. Si Bengoechea tenía una bolsa de cemento sobre sus espaldas cuando dirigía a la selección, ahora en Alianza Lima tiene una columna de hormigón. Luego de la mala experiencia con Roberto Mosquera, un entrenador que quiso encantar a la hinchada con frases de libros de autoayuda y dirigió un equipo sin sorpresas y con mucho toque intrascendente, el técnico uruguayo tiene la urgencia de lograr el título ante la sequía blanquiazul, que dura ya diez años. Seguro formará un once rudo, áspero, guerrero y pragmático, pero cuidado que eso no significa forcejear, correr a todos, sin ninguna idea de juego.