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A sus 53 años Mario Broncano Gómez, desea  recobrar el tiempo perdido e imagina volver a subir a un cuadrilátero, esta vez para enseñar los secretos del box a los más pequeños, para que no sigan el ejemplo errado que lo llevó a pasar momentos muy complicados; y del mismo modo poder sacar adelante a su familia. Broncano en su mejor momento llegó a ser catalogado como un boxeador de dotes espectaculares. En su apogeo, los medios deportivos ya lo consideraba en él futuro campeón mundial, el sucesor de Mauro Mina , pero debido a los malos pasos, no pudo llegar a alcanzar la fama.
Mario Broncano llegó a ser campeón sudamericano de peso gallo. Foto GEC Archivo Histórico

A sus 53 años Mario Broncano Gómez, desea recobrar el tiempo perdido e imagina volver a subir a un cuadrilátero, esta vez para enseñar los secretos del box a los más pequeños, para que no sigan el ejemplo errado que lo llevó a pasar momentos muy complicados; y del mismo modo poder sacar adelante a su familia. Broncano en su mejor momento llegó a ser catalogado como un boxeador de dotes espectaculares. En su apogeo, los medios deportivos ya lo consideraba en él futuro campeón mundial, el sucesor de Mauro Mina , pero debido a los malos pasos, no pudo llegar a alcanzar la fama.

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Mario creció en las calles del populoso barrio obrero de La Victoria, desde muy niño se ganaba unas monedas cuidando carros en los alrededores del Mercado Municipal, cargaba las bolsas de las compras, y con eso podía llevar algo de dinero a su hogar. Ya de adolescente las ganas de tener más, hizo que tomara malas decisiones y realice pequeños hurtos, hasta que a los 12 años fue detenido por la Policía Nacional y llevado al Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, popularmente conocido como ‘Maranguita’.
Mario Broncano, su sueño es enseñarle a los jóvenes de hoy el camino correcto. Foto GEC Archivo Histórico

Mario creció en las calles del populoso barrio obrero de La Victoria, desde muy niño se ganaba unas monedas cuidando carros en los alrededores del Mercado Municipal, cargaba las bolsas de las compras, y con eso podía llevar algo de dinero a su hogar. Ya de adolescente las ganas de tener más, hizo que tomara malas decisiones y realice pequeños hurtos, hasta que a los 12 años fue detenido por la Policía Nacional y llevado al Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, popularmente conocido como ‘Maranguita’.

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Pero el boxeo lo llevaba en su piel, el joven de mirada temible, se proyectaba como la gran promesa del boxeo en el Perú. Participó con mucho acierto en el Campeonato Guantes de Oro, posteriormente en 1985 fue convocado a la preselección nacional para participar en los Juegos  Bolivarianos, pero al poco tiempo fue desembarcado por estar comprometido en actos indebidos. A los 19 años llegó a ser campeón sudamericano amateur de la categoría peso gallo y en 1998 estuvo a poco de viajar a Seúl para participar en las Olimpiadas, pero los demonios del vicio lo burlaron y acabó preso en el penal de Lurigancho.
Un adolescente Mario Broncano cuando gozaba de la fama por sus virtudes deportivas. Foto GEC Archivo Histórico

Pero el boxeo lo llevaba en su piel, el joven de mirada temible, se proyectaba como la gran promesa del boxeo en el Perú. Participó con mucho acierto en el Campeonato Guantes de Oro, posteriormente en 1985 fue convocado a la preselección nacional para participar en los Juegos Bolivarianos, pero al poco tiempo fue desembarcado por estar comprometido en actos indebidos. A los 19 años llegó a ser campeón sudamericano amateur de la categoría peso gallo y en 1998 estuvo a poco de viajar a Seúl para participar en las Olimpiadas, pero los demonios del vicio lo burlaron y acabó preso en el penal de Lurigancho.

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Luego de su salida Mario buscó enmendar el rumbo, la llegada de sus hijos, parecía hacerle pensar la vida de manera distinta, pero cuando buscaba opciones para obtener el sustento lejos del delito y el mal vivir, se sumergió en una pelea con un vendedor de frutas en los alrededores del mercado, quien hizo que perdiera el ojo izquierdo y toda posibilidad de reiniciar su carrera deportiva, a causa de un golpe en la cara con un palo.
Mario Broncano pudo ser uno de los grandes de la historia del boxeo peruano, pero su mala cabeza lo desvió del camino. Foto GEC Archivo

Luego de su salida Mario buscó enmendar el rumbo, la llegada de sus hijos, parecía hacerle pensar la vida de manera distinta, pero cuando buscaba opciones para obtener el sustento lejos del delito y el mal vivir, se sumergió en una pelea con un vendedor de frutas en los alrededores del mercado, quien hizo que perdiera el ojo izquierdo y toda posibilidad de reiniciar su carrera deportiva, a causa de un golpe en la cara con un palo.

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Broncano estuvo muchos años detenido en prisión, pero salió ya con otra expectativa, la de la vida fácil y agitada a la vez. En el 2012, el ídolo en desdicha, puso de manifiesto que hay instantes en que se puede caer aun más profundo, y fue capturado una vez más por la Policía Nacional, acusado esta vez, de asalto a una bodega en el distrito de La Victoria. Esta vez la  condena del boxeador fue de nueve años de cárcel. Mario Broncano, el que pudo ser un grande del boxeo peruano, terminó siendo un conocido delincuente.
Mario Broncano, la vida le tenía listo el camino a la fama, pero el se encargaría de cambiarle el rumbo. Foto GEC Archivo Histórico

Broncano estuvo muchos años detenido en prisión, pero salió ya con otra expectativa, la de la vida fácil y agitada a la vez. En el 2012, el ídolo en desdicha, puso de manifiesto que hay instantes en que se puede caer aun más profundo, y fue capturado una vez más por la Policía Nacional, acusado esta vez, de asalto a una bodega en el distrito de La Victoria. Esta vez la condena del boxeador fue de nueve años de cárcel. Mario Broncano, el que pudo ser un grande del boxeo peruano, terminó siendo un conocido delincuente.

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Hoy el tiempo ha transcurrido, se acabaron los días de encierro en el penal Castro Castro, pero las cicatrices han quedado como huellas en su piel y él no titubea por ocultarlas; como si ellas le advirtieran los lugares por donde caminó, aquellos malos pasos que dio y que hoy sirven para pedir una nueva oportunidad a la vida. Mario no busca compasión, si no trabajo.
Mario Broncano, boxeador, luchador y pechador de grandes condiciones. Foto GEC Archivo Histórico

Hoy el tiempo ha transcurrido, se acabaron los días de encierro en el penal Castro Castro, pero las cicatrices han quedado como huellas en su piel y él no titubea por ocultarlas; como si ellas le advirtieran los lugares por donde caminó, aquellos malos pasos que dio y que hoy sirven para pedir una nueva oportunidad a la vida. Mario no busca compasión, si no trabajo.

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Hace muy poco tuvo un enfrentamiento verbal con Jonathan Maicelo, ambos personajes aparecieron en la escena pública y sucedió lo inesperado. El ex boxeador Mario Broncano visitó a Jonathan Maicelo en su gimnasio para enfrentarlo por algunos ‘asuntos pendientes’; sin embargo, ambos protagonistas casi terminan peleándose, no sin antes cruzar palabras de grueso calibre, como si se tratasen de jabs, rectos, directos o ganchos a la vida misma.

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Mario Broncano se alejó del deporte del box, para aparecer en las portadas de noticias policiales. Foto GEC Archivo

Hace muy poco tuvo un enfrentamiento verbal con Jonathan Maicelo, ambos personajes aparecieron en la escena pública y sucedió lo inesperado. El ex boxeador Mario Broncano visitó a Jonathan Maicelo en su gimnasio para enfrentarlo por algunos ‘asuntos pendientes’; sin embargo, ambos protagonistas casi terminan peleándose, no sin antes cruzar palabras de grueso calibre, como si se tratasen de jabs, rectos, directos o ganchos a la vida misma.