Las ocho medallas de oro en Atenas 2004 de Michael Phelps fueron transmitidas en vivo. No hubo cuestiones pregrabadas como antes del ‘Tiburón’. Era un éxito. En Londres, las competencias del chico de Baltimore fueron programadas en horario estelar. Con ello llegaron los millones de dólares. La vida plena. Pero fue tras Londres 2012 que ese agujero diminuto instalado a los nueve años en su corazón, estalló. Individualmente era el mejor, había revolucionado la disciplina y el mundo lo quería. El retiro era el punto de ebullición a una historia perfecta: el chico norteamericano que alcanza el sueño americano. Es la historia antes de Río 2016.
Pero el retiro abrió la grieta y dejó huir a sus fantasmas. Según un revelador informe de ESPN, su apego por su madre y la difícil relación con su padre agudizaron su trauma. Michael Phelps volvió a ser un niño de nueve años que no entendía ni aceptaba la tormentosa relación de sus padres que acabaría en un divorcio traumático. El efecto tranquilizador que le daba meterse al agua y competir, fue reemplazado por el excesivo consumo de alcohol. El ‘Tiburón’ empezó a ser arrastrado por una corriente que lo había estado esperando desde niño.
El trastorno por déficit de atención del que fue diagnosticado a los nueve años parecía complicar sus posibilidades. A esa edad también le había sido detectado un cuadro agudo de hiperactividad. A esa edad, su maestra le dijo que fracasaría en la vida por no ser capaz de concentrarse. A fines del 2012, con más de 25 años, Michael Phelps estaba a punto de ahogarse en el cemento. Las juergas excesivas y su relación cada vez más amigable con las drogas anticipaban su declive. En su punto más negro, el ‘Tiburón’ fue noticia por mantener una relación con una persona que se declaró intersexual (nació con genitales masculinos y femeninos), fue detenido dos veces por conducir ebrio y hasta -según la NBC, un intento de suicidio. Michael Phelps había tocado fondo.
La novia se hacía llamar Taylor Lianne Chandle, tenía 41 años y su verdadero nombre era David Rpy Fitch. Famosa ahora por su relación con Michael Phelps, reveló a los medios que se sometió a una cirugía correctiva a los veinte años.
Arrastrado por la brutal marea que parecía provenir por sus traumas de niñez, Michael Phelps fue internado. Nadó contra sus adicciones hasta un punto en el que entendió que el mayor error de su vida había sido renunciar a aquello que lo mantenía vivo: la sensación de ser aquel pececito recién sacado de la pecera volvió, pero esta vez supo resolverlo. Volvería a competir. Se alejaría del retiro para volver a ser Michael Phelps. Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 se habían convertido en su principal reto, su única salvación.
El 2015 se casó con Nicole, con quien estuvo más de una década en una relación tormentosa llena de altibajos que parece haberse consolidado. La exreina de belleza fue clave en su vida y es también la madre de Boome, su pequeño hijo de casi cuatro meses que ya es una celebridad gracias a las instantáneas popularizadas en Instagram tras cada competencia en que el papá de Michael Phelps ganaba una medalla de oro y se convertía en leyenda.
Michael Phelps había dejado de hundirse en el pantanal de los traumas para nadar en la felicidad plena. Seguramente no ha escapado a los fantasmas y esta vez, a los 31 años, el adiós a las piscinas olímpicas es definitivo. Le tocará al chico de Baltimore encontrar dónde nadar más allá del líquido elemento para vencer la otra gran batalla de una leyenda olímpica o cualquier mortal que respira: la vida.
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