Contratar a tres personas de su entorno más cercano ("son conocidas mías y de mi esposa") como personal asignado a su despacho (con buenos sueldos) sin haber pasado por un concurso público como el resto de los mortales que aspiran a trabajar en el Estado, le costó el puesto a Óscar Fernández Cáceres, quien no tuvo más remedio que renunciar a la presidencia del Instituto Peruano del Deporte (IPD).
A través de las redes sociales, el exatleta hizo sus descargos y aseguró que en las contrataciones de Paula Abanto, Elizabeth López y Olga Breña no hubo nada irregular.
"Las personas que trabajan y han trabajado a mi lado en el IPD no lo hicieron porque son amigos o conocidos, sino por su capacidad y profesionalismo... Yo he antepuesto eso a cualquier consideración y lo digo en voz alta porque al deporte yo llegué a servir y no a servirme", se defendió Fernández Cáceres.
Por otro lado, el renunciante titular del IPD afirmó que detrás de este escándalo habría gente interesada en "crear un clima de inestabilidad".
"A menos de un años de (los Juegos Panamericanos) Lima 2019, noto que existe gente que está intentando generar un clima de inestabilidad contra quienes, como yo, trabajamos desinteresadamente por el bien del deporte", apuntó Óscar Fernández.
Por otro lado, en la misma publicación la exmáxima autoridad del IPD señaló que la dimisión de su cargo también obedece a que le urge atender un asunto personal muy delicado.
"Por un tema complicado de salud familiar y que coincidentemente me toca vivir, y que merece hoy toda mi atención, estoy poniendo mi renuncia al cargo de presidente del IPD", se lee en el escrito.