Tanta alegría, naturalidad y seguridad se ven poco cuando entrevistas a alguien. Jonathan Maicelo te responde como si estuviera conversando con sus ‘patas’, y eso lo hace interesante.
El campeón Latinoamericano en peso Ligero de la AMB, Jonathan Maicelo, habló de todo con Los Desayunos de Correo y USIL: de sus inicios, sus proyectos y de su padre, quien lo abandonó cuando era chico.
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¿Cómo estás ahora tras retener tu título?
Bien. Todavía no entreno a full porque mi cuerpo aún se está recuperando y poniéndose a punto para la pelea que viene en noviembre, posiblemente en Los Ángeles. Viajo el miércoles a Nueva York para empezar fuerte mis entrenamientos y cerrar la pelea.
¿Con quiénes trabajas ahora?
Nelson Fernández es mi mánager, es cubano y me apoya mucho, pero el peruano no apoya. Igual cada triunfo, todo el sudor y la sangre que derramo es para mi Perú. Ahora he firmado con Al Haymon, quien trabaja con Floyd Mayweather. Esta conexión se dio porque entrené en Filadelfia, me iba hasta allá como un ‘correcaminos’ para ‘guantear’ con otros boxeadores y el papá de Danny García, un campeón mundial, me dijo que si ganaba la pelea ante Brandon Brenett, el señor Al Haymon iba a ser mi promotor.
¿Fue una pelea difícil?
Sí, pero sabía que iba a ganar. Antes no me gustaba pelear contra zurdos, se me hacía complicado, pero ahora ya me gusta pelear con zurdos, porque estuve entrenando con zurdos por mucho tiempo y me adapté a su guardia. Él peleó en su casa, con toda su ‘batería’, pero al final es él y yo en el ring, no hay más nadie.
¿Te ves peleando por el título mundial?
Claro que sí. Las cosas eran así. Si yo ganaba la pelea, firmaba con Al Haymon, pero para Brandon Brenett, si él ganaba, peleaba por el título mundial. Entonces, ahora que le gané, por el título mundial podría pelear yo. El otro año me pueden ofrecer una pelea mundial.
¿Entonces ese es tu objetivo como boxeador?
Sí, quiero llegar a ser campeón mundial, pelear para HBO, que es un canal en donde uno paga por ver, y yo quiero que la gente pague por verme, eso sería estupendo y me haría sentir muy bien.
¿Tu vida de joven fue difícil?
Sí, yo soy de barrio y eso siempre va a prevalecer, nunca voy a tratar de hablar diplomáticamente, aunque lo puedo hacer, yo puedo hablarte como quieras. Con las jergas que hablo no ofendo a nadie, no soy grosero, aunque a veces sí, dependiendo de la situación, pero me siento orgulloso de ser del Callao, de ser de los ‘Barracones City’. Soy natural y así voy a morir. Hay gente de saco y corbata más ladrona que los que andan encapuchados… Así que ten cuidado, ja, ja, ja...
Y cuando vas al barrio, ¿qué te dicen los amigos?
Mi ‘batería seria’ está contenta, yo voy para el barrio y la gente siempre me recibe. Si mando un taxi para allá, digo que cuando pasen por el óvalo Canadá, pregunten por mi casa, y la gente le da mi dirección. Ya si preguntas por otra casa, ya te llevan para el fondo, ja, ja, ja...
¿Te iniciaste como boxeador porque te peleabas bien en la calle??
Claro, nunca me he dejado con nadie. Mi abuela me decía: “Si te pegan o vienes llorando, yo encima te pego más”. A veces tocaban la puerta y le decían a mi abuela que yo le había pegado a otro chico, entonces ella me hacía pasar gritando y con lisuras en frente de ellos, pero luego, cuando cerraba la puerta, me decía: “¿Le hinchaste el ojo?”.
Hablas de tu abuela y tu madre, ¿pero tu papá?
Yo no tengo papá, cuando yo era chibolo ‘tiró la toalla’, me abandonó. Después de unos años vino a querer pegarla de papá, pero ya era muy tarde. Vino a decirme que era mi papá y eso me causó risa, porque yo lloré mucho por querer tenerlo y él no estaba ahí; entonces llegó en un momento que ya estaba hecho y construido, uno ya es un hombre y ya para qué, ya está de más. Yo tengo mi hijo y lo crío de una forma que no me criaron a mí. Lo crío con amor, con tiempo y todo lo que hago es para él.