River Plate volvió a saborear el sábado la victoria más deseada, frente a Boca Juniors 1-0, en un superclásico del fútbol argentino amistoso sin expulsados ni incidentes como en el escandaloso partido que jugaron hace 7 días.
Otra vez con un tiro penal se definió el tradicional choque entre River Plate y Boca Juniors, este vez ejecutado por el uruguayo Rodrigo Mora, a los 81, en el estadio Malvinas Argentinas, en Mendoza (oeste del país), colmado con 35.000 aficionados.
'Estoy contento porque ganamos y porque fue un partido sin violencia', declaró Rodrigo Mora tras la victoria de River Plate sobre Boca Juniors en el último superclásico del torneo de verano.
El encuentro en el estadio José Minella de Mar del Plata había sido un concierto de patadas alevosas e incluso casi todos los jugadores se trenzaron en una pelea de golpes, empujones e insultos.
También el arquero de River Plate, Marcelo Barovero, fue agredido desde la tribuna con un proyectil, pero el partido se jugó igual pese a que las autoridades recomiendan suspenderlo en estos casos.
Boca Juniors quería tomarse revancha, pero fue otra vez inoperante Tevez, su figura clave. El delantero, incluso, falló como un principiante un remate en la puerta del área con la pelota servida en bandeja para anotar.
River Plate fue superior en el juego en la segunda etapa y se llevó con merecimiento la Copa Luis Nofal, sin lamentar ningún bochorno como en Mar del Plata donde algunos jugadores hicieron gestos obscenos a hinchas del equipo rival.
— Diario El Bocón (@elbocononline) enero 31, 2016