El 29 de mayo de 1985, Juventus vio como 39 aficionados ‘bianconeros’ fallecían en la final de la Copa de Europa que su equipo disputaba ante el Liverpool en el Estadio de Heysel, en Bruselas.
El Liverpool era el vigente campeón de Europa y la Juventus, venía de vencer en la Recopa de Europa el año anterior ante el Porto y quería hacer historia con un equipo liderado por Michelle Platini.
Más de 60.000 espectadores se congregaron en el estadio que albergó dicha final. Una fiesta que rápidamente se convirtió en una pesadilla. Aficionados radicales del Liverpool quisieron invadir parte de las gradas que ocupaban los hinchas de la Juventus, lo que provocó que muchas personas quedaran amontonadas, encerradas contra las vallas, sin poder respirar e incluso asfixiadas en un momento de auténtico caos. El balance total fue de más de 600 heridos y 39 hinchas de la Juventus muertos, entre ellos 32 italianos (cuatro belgas, dos franceses y un aficionado británico).
En el momento de más incertidumbre muchos hinchas de la Juventus saltaron de diversas partes del campo para tratar de llegar a la zona afectada, algunos incluso dispuestos a pelearse contra los ‘hooligans’ de Liverpool. En dicho instante, la policia optó por cerrar los accesos en el lugar de los hechos, lo que impidió a que muchos de los ‘juventinos’ encerrados en la grada no pudieran salir y terminar su agonía
Sorprendentemente, el choque se terminó disputando. El balón rodó pese a que 39 hinchas de Juventus habían muerto. El encuentro terminó con 1-0 a favor de la Juventus sobre Liverpool.
Inglaterra fue sancionada sin que sus equipos pudieran participar en competiciones continentales, lo que llevó a algunas de sus grandes estrellas hacia otras grandes ligas., provocando una fuerte crisis en el fútbol británico. Además, la FIFA optó por reforzar la seguridad en los estadios además de añadir una serie medidas como las cámaras de seguridad y la prohibición de beber alcohol en los campos de fútbol en sus competiciones.