Dani Alves, el lateral brasileño del Barcelona, no se dejó amilanar ante los insultos racistas por parte de la barra del Villarreal. Al jugador le arrojaron un plátano y reaccionó de una manera inesperada. Y es que lejos de ofenderse por el agravio, Alves tomó la fruta y se la comió ante el asombro del juez de línea y del público en el estadio.