Nolberto Solano también cumplió su sueño de participar en un Mundial. Esta vez no fue dentro de la cancha, sino en el banco de suplentes como entrenador asistente de Ricardo Gareca en la dirección técnica de la selección peruana. El ‘Maestrito’ le cuenta a EL BOCÓN lo que vivió con la bicolor en esta Copa del Mundo.
POR RICARDO REYES ORTIZ
Nolberto, ¿qué tal la experiencia de participar en un Mundial en el comando técnico de la bicolor?
Me siento un privilegiado. Representar a la selección, en este caso ya no como jugador, pero ahora como entrenador asistente y colaborador de una gran persona como Ricardo (Gareca), fue una experiencia muy buena y muy rica en todos los aspectos. Uno se siente orgulloso.
Los hinchas jugaron un partido aparte, ¿no?
Esto, lo del Mundial, fue algo conmovedor; el ambiente, la atmósfera, no tiene comparación. Ver la cantidad de peruanos que estuvieron en todos los partidos, incluso desde Austria y Suecia, donde jugamos los amistosos, y más aún en Rusia, donde parecíamos locales y no sabíamos si el Mundial era en Rusia o en Perú. Por eso nos duele que no pudimos llegar a las instancias anheladas.
¿Qué nos faltó para llegar más lejos?
En estos torneos cortos lo ideal es sumar, no se puede cometer errores porque al final te pasan factura. Nos faltó un poco de suerte, efectividad y contundencia. Contra Dinamarca llegamos nueve veces y no pudimos concretar, con Francia no llegamos tanto y no concretamos, y curiosamente ante Australia, no jugando bien, llegamos poco y fuimos más efectivos. Esta experiencia nos servirá a todos. Ojalá que esta vivencia, ese hambre y esa ambición la mantengan los muchachos porque lo que viene ahora será muy duro. La vara está muy alta, el hincha ya se acostumbró a ver al equipo ganar. Ojalá que siga Ricardo con nosotros porque de cara al futuro se vienen los amistosos, la Copa América de Brasil y las próximas Eliminatorias para Qatar 2022.
¿Qué rescatas de nuestra participación en Rusia?
Que la selección ha dejado una buena imagen de buen juego y el equipo tiene que mantener eso. Si seguimos así, va a continuar ese romance entre la gente y la selección.
¿Por qué no arrancó Paolo ante Dinamarca?
No olvidemos que él tiene 33 o 34 años y venía de una para muy larga de casi siete meses. Paolo era nuestro jugador clave, por eso pensamos que era bueno llevarlo de a pocos, de menos a más.
Con Guerrero y Farfán con el retiro a la vuelta de la esquina, ¿quién podría asumir el ataque de la bicolor en un futuro?
Paolo y Jefferson van a seguir manteniendo su nivel, pero no creo que sea por largo tiempo. Creo que Raúl Ruidíaz será el ‘9’ de la selección para el futuro, aunque habrá que trabajar para adaptar al equipo a ese estilo del jugador. Raúl es el presente, es goleador y por eso triunfó en México.
De la actuación del grupo en Rusia, ¿con quién te quedas?
Yo me quedo con lo que hizo el equipo porque sacamos buenos resultados, aunque hay que resaltar que André Carrillo tuvo un gran torneo.
¿Qué le ha dado Gareca al fútbol peruano?
Nos ha devuelto esa confianza, esa identidad, ese buen fútbol de los 70 y 80. Ha hecho que vuelvan a creer en el futbolista peruano y que ellos mismos crean en lo que pueden lograr. Y esa disciplina y ese profesionalismo que tanto se hablaba se ha recuperado.
¿Ya acabó tu contrato con la selección?
Sí, y de lo último que hablé con Ricardo, me dejó tranquilo que él está contento con mi trabajo y si queda, creo que va a querer seguir contando conmigo. No tenemos una bolita mágica. Estamos en incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar.
Si los dirigentes de la Federación te piden que asumas la conducción técnica de la bicolor, ¿lo aceptarías?
Es algo que uno lo va pensado, aunque la exigencia no es fácil, la vara está muy alta para cualquiera que asuma esta selección en caso de que Ricardo se vaya. Yo no tengo temor a nada y la experiencia que he tenido junto a él en Rusia ha sido muy buena, me enseñó a madurar muchísimo. En algún momento tengo que empezar, lo hice como técnico con la ‘U’ y luego en Gálvez. Yo estoy preparado para lo que la Federación decida. Así como Ricardo se ha tomado un tiempo para pensar, lo tendría que hacer porque en mi entusiasmo te podría decir que sí, pero hay que pensar en el futuro. Conociendo a este grupo no hay tanto que cambiar, pero ojalá que Ricardo vuelva y se quede a trabajar con nosotros.