Aunque ya se habrá acostumbrado a vivir con el estigma de “ser muy chato para jugar de delantero”, Raúl Ruidíaz aún debe responder con goles a quienes cuestionan sus condiciones para el puesto, sobre todo en la selección peruana, debido a su estatura.
Su aparición en el fútbol data del 2009. Universitario cumplía una campaña muy regular en el torneo, aunque el equipo de Juan Reynoso tenía una ‘deuda’ con la bolsa de minutos, que comenzaba a ser una amenaza.
El técnico decidió apostar por el delantero de América Cochahuayco (filial de la ‘U’ en la Segunda División) y no se arrepintió. Raúl Ruidíaz cogió la camiseta número 9 que había dejado el argentino Perillo y pronto se hizo titular. Su ascendente carrera lo llevó a destacar en la Copa Sudamericana del 2011.
RUMBO A CHILE
El 2012 sus buenas actuaciones habían trascendido las fronteras y despertó el interés de la Universidad de Chile.
Los ‘azules’ lo ficharon por 6 meses a préstamos, con opción de compra. Aunque no era titular, Raúl Ruidíaz se las ingeniaba para entrar y anotar goles siempre.
Cuando todo parecía que Raúl Ruidíaz continuaría su carrera en Chile, las negociaciones por su fichaje definitivo entorpecieron y terminó en Brasil, jugando por el Coritiba. En el fútbol brasileño tuvo poca continuidad, por eso decidió volver a ‘casa’ para el 2013.
Demostrando que en la ‘U’ se siente cómodo, anotó 21 goles y fue clave para el título. El 2015 tuvo un opaco pase por Melgar, para regresar a Ate en agosto de ese año.
En su tercera etapa como jugador de la ‘U’, otra vez tuvo un buen promedio de goles y prácticamente obligó a que Gareca lo tenga en cuenta para la Copa América Centenario, que se disputó en Estados Unidos.
El gol convertido ante Brasil, que le significó a la selección peruana ganarle después de 41 años al Scratch, fue la llave que le abrió las puertas del fútbol mexicano. Allí, donde ahora es figura del Monarcas Morelia.
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