La decisión está tomada y nada impedirá este desenlace. Roberto Chale no seguirá siendo entrenador de Universitario de Deportes para la próxima temporada y el juego frente al Deportivo Municipal será el último que dirija desde el banquillo estudiantil. El análisis hecho por la nueva administración es lapidario contra el ex mundialista en México 70 y sus horas en el plantel están contadas.
En el lado deportivo, los funcionarios merengues reconocen que el club, con esta plantilla, llegó lejos, pero no por mérito de Roberto Chale, sino por las individualidades que aparecieron, sobre todo en el Apertura, con Raúl Ruidíaz y Edison Flores (ellos se fueron al Morelia de México y Aalborg de Dinamarca, respectivamente).
Tras la partida de los deportistas mencionados, Chale se reinventó, pero no alcanzó para ganar el título nacional, además, hubo hechos que reflejan el poco manejo que tuvo el entrenador de Universitario de Deportes en lo que va de la presente campaña.
La cruz que pesa sobre el actual estratega merengues la gestión deportiva, que fue mala e identifican que Roberto Chale careció de personalidad para adoptar decisiones claves en relación al equipo para la segunda parte de la campaña, sobre todo, en la llegada de jugadores para la segunda parte de la temporada.
En la administración crema no comprenden cómo Roberto Chale, cuya lucidez en el fútbol es innegable, haya permitido el arribo de jugadores como el colombiano Juan Pablo Pino y el uruguayo Diego Rodríguez, quienes no estaban en ritmo de competencia. Lo hacen cómplice de la negligencia cometida por el gerente deportivo, en ese entonces, Germán Leguía.
Asimismo, los nuevos funcionarios no entienden cómo, en días previos a un partido por el campeonato, el entrenador de Universitario de Deportes permita que sus dirigidos organicen fiestas de cumpleaños u otras celebraciones.