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Hace unos meses Raúl Ruidíaz no era titular ni goleador en Melgar de Arequipa. Por entonces, su nivel de exhibicionismo sobre el cariño que le pregonaba a Universitario de Deportes alcanzaba límites inimaginables. Apelaba al amor por la camiseta para volver a vestir la crema. Hoy, solo piensa en marcharse porque así es el fútbol y porque la directiva no le renovó a su mejor amigo Antonio Gonzales. El amor eterno e incondicional por la crema quedó de lado.
ESCRIBE: JOSÉ BRAGAYRAC
No es sorprendente cómo los futbolistas apelan al amor por una camiseta para conseguir contratos o ganarse el cariño de la afición y hacerlo todo más fácil. Diego Guastavino siempre estuvo dispuesto a volver a jugar en Universitario de Deportes y su disposición y cariño fue creciendo según su presente en Querétaro y luego en Chile se iba complicando. Luis Guadalupe parece haber copiado el libreto y ahora apela a su amor incondicional para ganarse el derecho a fichar por Universitario de Deportes.
Es pues, casi normal, que un jugador como Luis Guadalupe apele a su pasado con Universitario de Deportes y a su buena relación con el técnico Roberto Chale y casi todo el plantel crema, como base para ganarse un contrato. Lo informal y de poca seriedad es que el técnico declare públicamente que quiere a Luis Guadalupe y lo mismo haga el gerente deportivo Germán Leguía a la vez que el administrador temporal Raúl Leguía sentencie todo lo contrario.
Eso habla muy mal de la manera cómo se trabaja en Universitario de Deportes. O no se planifican ni se dialogan las cosas, o hay una evidente lucha de poder dentro de la institución. Y también deja en evidencia otro problema grave en el fútbol peruano: los fichajes no se deciden en base a rendimiento; sino a partir de otros factores como el emocional. Johnnier Montaño y Diego Guastavino, por ejemplo. Ninguno llega por su gran rendimiento en la última temporada. Sino por el cariño que le tiene la afición y el amor que ellos pregonan por la institución.
Luis Guadalupe no merece llegar a Universitario de Deportes si la decisión se toma en base a rendimiento. El 2015 jugó en Segunda División y no fue titular en Los Caimanes. Disputó apenas 15 partidos y solo en 13 fue titular. Además, sus 37 años lo convierten -por naturaleza- en un jugador en rendimiento decreciente. Mejor sería 'repatriar' a Néstor Duarte.
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#Gareca decidió no convocar a este jugador a la #selecciónperuana para #Eliminatorias https://t.co/I9iBSnwOIa pic.twitter.com/67pumMSHAr— Diario El Bocón (@elbocononline) enero 25, 2016