"El fútbol es la mejor medicina", una frase que describe a la perfección la historia de Yampol Zamora Espino. Un joven ayacuchano de 23 años, que pese a que la ciencia y la medicina lo habían desahuciado, él se aferraba a la vida a través de un único deseo, conocer a todo el plantel del equipo de sus amores, Ayacucho FC.
Yampol fue diagnosticado hace algún tiempo con cáncer al hígado y los médicos le habían informado que su caso no era reversible. Pese a ello, él seguía luchando día a día esta batalla dispareja contra su enfermedad. Pese a lo doloroso de su padecimiento, encontraba en el fútbol momentos de lucidez y alegría cuando prendía el televisor y seguía los partidos del equipo dirigido por Mario Viera.
Su día a día solo estaba destinada a tener calidad de vida para los últimos meses o años que le podían quedar en este mundo. El quiso que esos últimos momentos sean disfrutando lo que tanto le gustaba y apasionaba. Fue así que hace dos semanas llegó hasta el lugar de entrenamiento de Ayacucho FC y pudo cumplir su último deseo. Compartió gratos momentos con sus jugadores favoritos y por unos momentos olvidó la enfermedad que lo abatía día a día. Como si fuera poco, fue invitado a presenciar un partido por la Liga 1 del equipo. Fue el pasado 30 de setiembre, donde el equipo ayacuchano venció 1-0 a la Cesar Vallejo. Aquella tarde fue su último partido y su último grito de gol en el Estadio Ciudad de Cumaná. Se fue con los tres puntos en su mente y corazón.
Ayer, tras una dura lucha y batalla contra el cáncer, Yampol dejó este mundo. Cerró los ojos y nos los abrió más. Tal vez con la desazón de no saber como le irá a su equipo al final del campeonato y no volver a gritar en vida los goles de Mauricio Montes. Sin embargo, a partir de hoy Ayacucho FC jugará con doce jugadores. Su hincha más fiel los seguirá en todas las canchas.