La irregularidad que muestra el equipo de Ángel Comizzo tiene furiosos a los hinchas merengues, que ayer esperaron al bus en las inmediaciones del Estadio Nacional y la policía tuvo que proteger al equipo crema.
Los barristas estaban indignados por la humillante caída ante los cerveceros y por ello una gran cantidad se apostó en una de las puertas de acceso al estadio por Occidente y cuando el bus del equipo salía, empezaron a insultar a los jugadores, exigir un cambio drástico en la actitud y, sobre todo, el despido inmediato de Comizzo, quien miraba atónito.
La situación escapaba de control por lo que más de veinte policías tuvieron que acordonar al vehículo para impedir que le lancen objetos o piedras.