El presidente ruso, Vladímir Putin, será implacable contra los aficionados violentos, tanto rusos como extranjeros, de cara a la próxima Copa Confederaciones de junio y el Mundial Rusia 2018.Por orden expresa de Vladimir Putin, aquellos hinchas que violen de manera flagrante las normas durante las competiciones deportivas de la Copa Confederaciones y el Mundial Rusia 2018 recibirán multas de hasta 20.000 rublos (más de 300 euros), serán arrestados durante 15 días o se verán privados de acceder a un estadio por espacio de uno a siete años.
Para más detalles, en caso de que el infractor sea un seguidor extranjero en la Copa Confederaciones y el Mundial Rusia 2018, éste recibirá una multa similar y, además, será deportado, como ocurriera en junio de 2016 con los ultras rusos durante la Eurocopa de Francia, donde incluso superaron en salvajismo a los "hooligans" ingleses. Aunque lo más probables es que el aficionado extranjero, antes de ser expulsado del país, tenga que pasarse además 15 días en un calabozo.
La ley Putín contempla que un tribunal considere excesiva la deportación, en cuyo caso la multa puede ser elevada hasta los 50.000 rublos (más de 800 euros) y el referido hincha no podrá entrar en un estadio por un plazo de hasta siete años.
Las autoridades rusas, por mandato del presidente Vladímir Putin, también pueden impedir la entrada en el país de aquellos aficionados que hayan cometido infracciones en territorio de este país o en el extranjero. La Duma o congreso de los diputados reconoció que la nueva ley está estrechamente vinculada con el Mundial Rusia 2018 y "la masiva deportación de aficionados rusos" en Francia.